Publicado originalmente en Valenciaplaza.com
Pino Sagliocco llegó a España con apenas 18 años. Franco acababa de fallecer y el mundo de la cultura se agitaba pese a la incertidumbre del momento para el país. Era el caldo de cultivo de una década, la de los 80, en la que el actual presidente de la multinacional Live Nation acabaría por convertirse en el principal vehículo para que las giras de AC/DC, Lenny Kravitz, Madonna, Björk, U2 o tantos otros tuvieran parada en España. A veces, como en el caso de Michael Jackson, como único ‘puerto europeo’ en algunas giras mundiales y, en gran medida, a partir del trabajo de este italiano del sur cuya casa en Ibiza ha sido el escenario de noches de vino y conversación con personajes trascendentales del siglo XX como Frank Zappa.
The Rolling Stones, Prince, Beyoncé, Lady Gaga o Coldplay son solo algunos de los 280 artistas que trabajan en exclusiva para la empresa líder en la promoción de conciertos internacionales. Sin embargo, la visión de Sagliocco y de la derivada española de esta compañía de referencia para la industria musical es una visión con los pies en la tierra, en la que existe una clara consciencia de cómo la música llega hasta las personas: «actualmente lo más parecido a un CD que hay es una lista de reproducción de Spotify. Se escuchan las canciones sueltas», destaca a ValenciaPlaza.com al otro lado del teléfono.
Esta es la última estación de un cambio de paradigma total. Desde que The Beatles lanzaran en 1967 el que se considera el primer gran álbum conceptual del pop, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, la industria adjunta a esta realidad cultural ha perdido la intención conceptual para ganar «la experiencia del momento. Ahora los Dj’s son las auténticas estrellas de rock y la inversión es en la de crear una gran experiencia colectiva, en la que cada vez más tiene más valor el entorno en el que está sucediendo la música». Sagliocco incluso vincula esto a los festivales, sobre los que cree que hay «un poco de burbuja», pero «suponen una oferta inmejorable para el público ya que puede ver a diferentes artistas por el precio que tendría uno solo de ellos».
Mencionado Zappa, hay que ver la mano de Sagliocco tras conciertos de Bob Marley en España pero también provocando la unión de Mercury con Montserrat Caballé que acabaría suponiendo la creación de ‘Barcelona’, el imborrable himno de los Juegos Olímpicos de 1992 en la Ciudad Condal, donde este gran promotor tiene residencia. Esto da una idea de cómo esta parte del negocio ha resultado mucho menos acomplejada a la hora de adaptarse a las tendencias. En esta misma ciudad dirige dos proyectos para este próximo mes de julio con apenas unos días de diferencia: el Barcelona Beach Festival, con tótems de la electrónica en un solo cartel como David Guetta o Martin Garrix, y el Hard Rock Rising, en el que pone en marcha la idea que -asegura- más le motiva en este momento: «que personas de distintas generaciones como yo y mi hijo podamos compartir en un festival como este el directo de Robbie Williams o el de Avicii».
Los nombres propios son una constante en la conversación, pero no solo de los grandes artistas. La relación de Sagliocco ha sido en gran medida con los grandes managers de bandas, como Marcel Graham en el caso de Jackson. No obstante, apunta a que este ámbito se ha enrarecido durante los últimos años: «ahora el artista alrededor no tiene a un manager a la antigua usanza, esa persona que se encargaba de todo y que era un miembro más de la banda, pero de verdad. Ahora hay business manager, abogados… y todos estos profesionales mandan mucho sobre el artista, toman decisiones importantes y son el punto de partida de una búsqueda de rentabilidad inmediata, algo que ha hecho más inestable a la música [en el sentido de la industria musical]». Y apostilla: «lo más importante alrededor de la carrera de un artista, casi siempre, es de quién se ha rodeado, quién arropa y gestiona todo lo que rodea a estas personas». Sagliocco desarrolla esta idea revisando sus rutinas productivas actuales:
-«Antes la relación con los artistas y con los managers era directa. Confiaban en ti, con nombre y apellidos, y la razón era que todos éramos parte de un todo, de un mismo entourage (séquito) por así decirlo y nos cuidábamos. Pero ese cordón umbilical se acabó. Ahora todo está detrás de 50.000 mails diarios, cuando puedo decir que he vivido un mundo del rock global en el que antes todo funcionaba por el cara a cara».
La deformación profesional le ha hecho estar pegado músicos de masas como Frank Sinatra, Kylie Minogue, Elton John, Metallica Luis Miguel, Sting, Björk o Iron Maiden, pero en esa cintura que se reconoce al ver cómo ha estado a todos los grandes cambios estilísticos, ahora es el momento de los grandes disc-jockeys. A estos les augura sin titubeo una carrera a largo plazo, aunque cree que «de la relacion con artistas de rock y productores de música pop es de donde saldrá algo más interesante». Reconoce que de alguna forma la electrónica como tal puede estar «trillada» y esa es la fórmula, la de la sinergia con el mundo de la música rock y pop, la que ha de generar relaciones duraderas. Relaciones en las que Sagliocco asegura que ambos bandos «se entienden» y ya lo hizo funcionar en el festival Ibiza 1, 2, 3 donde pudimos ver un versus entre Dj’s y músicos como Elton John o Lenny Kravitz. «El futuro es un viaje conjunto entre ambas partes».
En la electrónica, a la que ha estado vinculado desde que promocionara giras como las de Jean Michel Jarre («para mí, el padre de la electrónica»), ha encontrado también otro estímulo del mercado que habla de la preponderante posición de los Dj’s en las listas de éxitos:
-¿Hay algo de cierto en que es el propio mercado y la necesidad de evitar riesgos la que ha llevado a que las carreras de Dj’s, habitualmente un solo artista con un equipo reducido, ha sobreponerse a las de las bandas de rock?
-La estrella es la estrella, y eso no cambia, pero es más fácil gestionar a una persona que a cinco a la vez. Al menos en apariencia. El problema quizá esté en los egos, por que el éxito es un animal muy difícil de controlar y lo importante es controlarlo y hacer un camino de largo recorrido.
Aun así, Sagliocco destaca que «hay menos artistas que llenen estadios. Si te das cuenta, volvemos a contar con AC/DC para ello y en el cambio generacional no hay tantos David Guetta». Son menos, pero también con otros canales de comunicación: «este es otro ámbito que se ha dado la vuelta y en muy poco tiempo. Hay casos como el de Imagine Dragons o Muse que también pueden llenar un estadio de fútbol y cuya comunicación no tiene nada que ver con las estrategias que antes trabajábamos, como hacer televisión, prensa, radio… es el ámbito de las redes sociales y el final de la radio fórmula. Ahora los canales son amplios, dispersos y cambiantes. Es algo con una influencia brutal y que se escapa de las manos».
Del nuevo escenario, no obstante, Sagliocco si empieza a hacer lecturas propias del actual momento como diferenciado. Una lectura, por cierto, que combina la influencia de las redes sociales, la llegada de los Dj’s como nuevas estrellas del star system y algo de la nueva economía mercado, menos voraz quizá por las nuevas circunstancias: «algo sí ha cambiado porque no se mueve tanto dinero. Todo el mundo opina y el público está fragmentado, así que el artista tiene también otra realidad y otra percepción de su trabajo: entiende que lo que hace es una plataforma excelente para transmitir, para comunicar y está más conectado que nunca a las personas. Eso ha cambiado también el perfil y redunda en la idea de que la experiencia del concierto, el momento, está en su momento más álgido».