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Patricia Murray (‘El caso Alcàsser’): “Anglés aparecerá un día. Vivo o muerto”

Publicado originalmente en GQ

Netflix ha estrenado la primera serie documental producida íntegramente en España: ‘El caso Alcàsser’, un true crime en torno al secuestro, violación y asesinato de Míriam García, Desirée Hernández y Toñi Gómez.

Con la participación de la radiotelevisión pública valenciana, À Punt, el resultado final es el fruto de un largo trabajo de investigación firmado Ramón Campos y Elías León Siminiani (‘Lo que la verdad esconde: Caso Asunta’).

La serie de cinco episodios, ya disponibles, es un guantazo de realidad televisiva y un viaje a las profundidades de la sociedad española de los 90. El nacimiento del lado más oscuro de la televisión del país, que no sirvió para marcar sus límites, sino que creó una escuela que llega hasta nuestros días con el tratamiento –especialmente en los magacines matinales– del niño fallecido al caer a un pozo.

Las redes sociales han empezado a hacerse eco de un personaje desconocido por la opinión pública y que destaca en la serie: la periodista irlandesa Patricia Murray. ¿Quién es esta mujer aparentemente desconocida y que estuvo al lado de las familias durante las semanas de búsqueda? ¿Cómo es posible que su existencia, dedicada a alimentar a los medios e instituciones con ‘novedades’, haya desaparecido del imaginario sobre el caso? ¿Por qué Fernando García, el recordado padre de Miriam, le confió las conexiones con la prensa, las relaciones con políticos y empresarios y, finalmente, un viaje a Londres para que el caso desembarcara en Scotland Yard o Sky News?

¿Quién es Patricia Murray y qué papel desempeñó en el Caso Alcàsser?

Patricia Murray llegó a Valencia en 1962, aquejada de problemas respiratorios y en busca de un clima más cálido y compatible con su organismo. Tras 25 años como profesora de inglés, cuando sus hijas ya habían superado la adolescencia, decidió cumplir su sueño: ser periodista.

Por eso inició sus estudios en la Universidad CEU San Pablo a finales de los 80, y los terminó en Navarra. No solo eso: en el curso 96-97, tras obtener un máster de la Universidad de Valencia y doctorarse en Pamplona, fue admitida por la facultad más prestigiosa del gremio: la Universidad de Columbia Graduate School of Journalism, por la cual también es máster y especializada en medios digitales (abrió uno de los primeros medios nativos digitales).

En el ecuador de este maratón académico se convirtió “desinteresadamente” en la asesora de relaciones y prensa de Fernando García. Desde GQ España, conversamos con ella después de que ‘El caso Alcàsser’, de Netflix, haya recordado su trascendencia en el devenir de los acontecimientos, especialmente en torno a la figura del padre de Miriam y a la relación de este y las familias con los medios. Este artículo no contiene spoilers.

GQ: ¿Cómo inicias tu relación como asesora de Fernando?

Patricia Murray: Coincidimos en distintos actos, pero en una conferencia de José María Carrascal en Valencia le digo que debe ir a más sitios. Él ya había salido en ‘Quién sabe dónde’, pero le dije que tenía que el tema tenía que estar constantemente en la prensa. Le introduje a medios.

La periodista irlandesa muestra fotos de Fernando García con Carrascal, pero también con Juan Lladró, de la internacional marca de esculturas de porcelana, o de Ruíz Mateos, quien llegó a ofrecer una generosa recompensa a quien diera con el paradero de las jóvenes.

GQ: ¿Pero publicaste algún artículo antes o durante tu asesoramiento?

PM: Únicamente en The Weekly Post (uno de los muchos diarios británicos que se publicaban en la Costa Blanca, Alicante). Sí se publicaron fotos mías en Pronto o Época.

El posicionamiento de Murray en los artículos de The Weekly Post era que las niñas habrían sido raptadas por un grupo de jóvenes. Estos habrían intentado abusar de ellas y, por algún motivo, quizá se les habría ido de las manos. También recogió la original obsesión de García por el hecho de que hubieran sido captadas para una red de trata de blancas.

GQ: ¿En qué consistió tu asesoramiento a Fernando García?

PM: Yo ayudaba a las familias, pero Fernando se erigió como el portavoz. Les dije que había que hacer pósters más grandes, en distintos idiomas. También cambié las fotos de ellas (“para que parecieran más inocentes”, asegura en el documental).

La aparición de los cuerpos, 45 días después de la desaparición, pilló a Fernando García y a Luisa Gómez (hermana de Toñi) en Londres. En apenas dos días y de la mano de Murray, el caso trascendió a la esfera internacional, incluida una reunión con Scotland Yard.

GQ: ¿Cómo surge el viaje a Londres?

PM: La idea de la trata de blancas tenía que ver con la posibilidad de que las niñas estuvieran en algún país árabe. Yo le dije a Fernando: hay una televisión en Londres (Middle East Broadcasting Center) que ve toda la comunidad árabe. Si quieres, voy como intérprete y tal. También fuimos a Sky News y teníamos cita con la BBC, pero los cuerpos aparecieron la noche de antes. Nos vimos con Scotland Yard y allí nos pidieron una descripción detallada de la ropa que llevaban las niñas. De las marcas, de las joyas… y, entonces, Luisa dijo que Toñi llevaba un reloj grande de Mickey Mouse. Me quedé con esa idea…

PATRICIA MURRAY: «FERNANDO GARCÍA PLANEÓ QUE A LA VUELTA DE LONDRES HABRÍA UNA RUEDA DE PRENSA PORQUE LE HABÍA COGIDO GUSTO A LOS MEDIOS»

GQ: Y la mano que encontraron los apicultores tenía el reloj…

PM: De repente, aquella tarde, empezó a llamar todo el mundo al hotel. Yo pedí en recepción que no pasaran llamadas a las habitaciones. Yo dormía con Luisa y Fernando en otra. Pero al final, me avisaron. Era un no parar de llamadas y, entonces, atendí una llamada de Levante (el máster que había cursado era en colaboración con este diario). Como les conocía, pregunté: pero dime exactamente qué han encontrado. Y me dijeron, no sabemos nada, pero han encontrado una mano con un reloj grande. Entonces yo dije, sin pensar, ¡el reloj de Mickey Mouse! Y cómo sería la cosa que a la mañana siguiente una foto de Toñi con el reloj estaba en Levante.

GQ: ¿Por qué no volvisteis inmediatamente a Valencia?

PM: Fernando quería salir, pero por la hora que era ya no podíamos coger un vuelo y durante la madrugada no había aviones. Ni siquiera, como querían en Valencia, fletando un avión privado. Entonces hubo que esperar a la mañana. La embajada nos puso un coche al aeropuerto, donde ya teníamos billetes para volver, porque eran billetes abiertos. Pero Fernando había planeado antes de que nada de esto sucediera que pasaríamos por Madrid, porque ya le había cogido gustico a los medios… Entonces, cuando llegamos a Barajas, fue la locura… Se organizó una rueda de prensa en la sala VIP. Yo no quise ni estar.

GQ: ¿Le había cogido gusto a los medios?

PM: Es mi opinión.

GQ: ¿Y cómo evolucionó la situación en torno a los medios?

PM: Nieves Herrero dio conmigo y me dijo, cuando aterricéis (en Valencia), coge a Fernando y no dejes que ningún otro medio lo tenga. Así fue hasta que llegamos a las casas de Luisa y Fernando, aunque él fue en un coche con sus familiares. El Musical, donde se hizo el programa ‘De tú a tú’ (Antena 3), estaba a un paso de su casa, pero fueron en coche.

GQ: ¿Cómo valoras que Antena 3 quisiera mantener aislados de los otros medios a Fernando?

PM: También tenían a los apicultores encerrados en un hotel hasta que fue la hora del programa. Tú hubieras hecho lo mismo. Yo admiro mucho a Nieves Herrero. Es una gran profesional.

GQ: El programa, como se puede ver en la serie, es prácticamente insoportable. Encadena una sucesión de reacciones emocionales, de momentos y pensamientos íntimos en un momento de dolor. ¿Te pareció aceptable?

PM: El programa se fue de las manos de Nieves. La familia de Fernando y toda la gente que había allí, exaltada, hizo que el programa fuera incontrolable. Yo sé que Nieves quería pararlo. El programa casi destrozó su carrera. Pero ya no podían pararlo. Era la primera vez que en España se daba un programa de este tipo, de gran tragedia.

GQ: ¿Por qué tenías una relación directa con Antena 3?

PM: Porque desde hace muchos años tengo relación con una productora, todavía en activo, que durante aquellas semanas estuvo conectada conmigo. No obstante, no controlaba todo. Por ejemplo, el viaje a Londres. Eso se organizó desde Alcàsser, por parte de familiares o amigos de Fernando. Eligieron los vuelos, el hotel…

GQ: Eras periodista y fotógrafa, sobre todo para algunos medios británicos de la Costa Blanca. ¿Por qué das el paso de ayudar a las familias?

PM: Era un madre. Era consciente del dolor que estaban pasando aquellas personas. Si me hubiera pasado a mí, en aquel momento –sus hijas tenían unos pocos años más–, hubiera recorrido el mundo, hablado con el Rey… todo. Fernando no sabía qué caminos seguir. Hablamos con todo el mundo, con el presidente del Gobierno (Felipe González), con el ministro (José Luis Corcuera), con (Jesús) Gil y Gil…

GQ: ¿Fernando García cambió a lo largo de aquellas semanas?

PM: Totalmente. Cogió gusto al protagonismo. Mira… hay una anécdota: Fernando se presentó en mi casa una semana después de que aparecieran las niñas, el funeral y tal. Se presentó con un guion, pidiéndome que se lo enviásemos por fax a Nieves Herrero.

En el Ayuntamiento había dos habitaciones a disposición de las familias. En una de ellas, había tres o cuatro chicas jóvenes todo el día abriendo cartas. ¡Miles de cartas! Y las cartas solo traían dinero. Ni tan solo había un mensaje de condolencia, nada. Dinero. Y las chicas apuntaban, ‘José Manuel, de Córdoba, 400 pesetas’. Mira, tengo unas mil de esas cartas…

Patricia Murray conserva mucha documentación sobre la época. Llaman la atención las cientos de cartas que posee, donde solo se haya el nombre de Fernando García y la dirección del Ayuntamiento de Alcàsser y el remite.

GQ: ¿Qué fue de ese dinero?

PM: Ay, eso no lo sé. Luego Fernando montó la Fundación…

La fundación nunca llegó a constituirse por oposición de Rosa Folch, madre de Desirée que siempre mostró sus dudas con la vis pública del suceso. Una vez aparecieron los cuerpos sin vida de las jóvenes, Folch inició una batalla de resistencia por eludir a los medios y evitó que la fundación se creara con el nombre de su hija.

GQ: Una vez aparecieron los cuerpos, ya no quisiste saber nada más del caso.

PM: No. Mi intención era ayudar a las familias y había pasado lo peor. Me llamaron también una vez del Ayuntamiento, para ver si convencía a Fernando de que abandonara las dependencias que habían ocupado. Pero él se había convencido de que aquello solo había empezado, que ahora había que encontrar al fugitivo.

PATRICIA MURRAY: «LE DIJE A LA MADRE DE LUISA QUE SEGUIR A FERNANDO DE AQUÍ PARA ALLÁ NO ERA VIDA PARA ELLA»

GQ: Una de tus aportaciones más sorprendentes tiene que ver con el viaje a Londres y la relación entre Fernando García y Luisa Gómez.

PM: Luisa trabajaba en la sección de carne de Mercadona. Dejó de trabajar para dedicarse a los medios. Pidió la baja por nervios. Yo hablé con su madre y le dije, cara a cara, de madre a madre: tu hija está en mi casa con Fernando hasta las 11 de la noche. Su novio, Pedro, la va a dejar. Esto no es vida para ella. Esto no le está aportando ningún beneficio, ir con Fernando de aquí para allá. En el documental no sé qué sale, porque yo no sabía cómo decirlo, cómo hablar de esto, pero no hubo ninguna relación. Luisa se sentía agasajada, atraída por la situación…

GQ: ¿Cómo fue tu relación con el resto de familiares, cómo eran?

PM: Rosa Folch era una mujer con mucho mundo, muy inteligente. Los padres de Toñi eran muy mayores, agricultores, personas muy sencillas. A Rosa no le parecía bien que Fernando usara el nombre de sus hijas y no le pareció bien que fuéramos a Londres porque, como dijo, en Londres no estaban las niñas. Yo también sabía que no estaban en Londres, pero sabía que había que seguir la corriente, tener más repercusión. La mujer de Fernando estaba muy unida a Miriam. Eran cómplices, como hermanas. Y ella le echó la culpa de todo a Fernando.

GQ: Pero Fernando García estaba enfermo aquella noche

PM: Aquella tarde sabían que las niñas querían ir a la discoteca. Según lo que dijo la prensa, Fernando estaba enfermo, pero yo lo que descubrí es que estaba en la cama cansado después de un largo viaje (García era viajante, comerciante industrial) y no se levantó para llevar a las niñas. Matilde le echaba la culpa. El fallo de Fernando es algo totalmente humano.

GQ: El documental no da alas a la teoría de la conspiración, el sumario B y todo lo que se ha escrito en paralelo a la versión oficial de los hechos.

PM: No hay nada de eso. En ningún momento. Fernando daba alas a ello, intentó involucrar al gobernador civil, luego que si las niñas habían aparecido envueltas en la alfombra azul de un puticlub de lujo… Si buscas en Google “Patricia Murray” y “chicas de Alcàsser” yo soy de la CIA, también soy del Opus Dei porque estudié en la Universidad de Navarra, estoy relacionada con El Vaticano.. y no dicen que soy judía porque no saben que tengo el máster por Columbia, que es una universidad judía. Aparte de todo esto, en internet está escrito que estoy casada con un político sudafricano y que he estado en la cárcel. Mi nieta de 13 años busca en Google con sus amigas el nombre de su abuela y encuentra esto. Y resulta que existe una mujer en Sudáfrica que se llama Patricia Elizabeth Murray, porque si tecleas mi nombre en Google hay 2000 más. Este pseudoperiodista, que no es periodista, nunca ha venido a hablar conmigo. Nunca me ha preguntado. Yo he mirado la forma de demandarle por difamación de mi persona.

PATRICIA MURRAY: «NO CREO QUE ANGLÉS ESTÉ EN BRASIL. ESTARÁ EN MÉXICO O EN ALGÚN SITIO DE ESTOS Y APARECERÁ UN DÍA. VIVO O MUERTO»

GQ: No das crédito a las teorías no oficiales, pero por otro lado sí crees que Antonio Anglés está vivo y en paradero desconocido.

PM: La última noticia sobre Anglés es que llegó con un barco a Dublín. Precisamente, mi ciudad. Y claro, ya dijeron que si estaba compinchada con ellos… Dijeron que si se había ahogado, porque apareció un chaleco salvavidas cerca del puerto, pero si se hubiera ahogado y tuviera un chaleco, estaría su cuerpo en el chaleco. Además, el día que supuestamente se encontró el chaleco, una joven americana despareció de su casa, cerca del puerto de Dublín. Él se disfrazó, se cambió de pelo como ya había hecho en Valencia (lo hizo mientras la Guardia Civil le perseguía) y usó su pasaporte.

GQ: El año 2013 sugeriste en Antena 3 que podría estar en Brasil, de donde era originaria su familia.

PM: No creo que esté en Brasil. Es el primer sitio al que hubiera ido a buscar la policía. Estará en México o en algún sitio de estos y aparecerá un día. Vivo o muerto, tarde o temprano, lo encontrarán. También se tiene que morir, así que quizá entonces. Cuando sea más mayor, también, puede contactar con Miquel Ricart (en libertad desde 2013 y en paradero desconocido actualmente). Pero la Policía y la Guardia Civil son grandes trabajadores. Son muy constantes. No te extrañe que den con ellos.

GQ: La Policía y la Guardia Civil quedaron en tela de juicio tras perseguir con todos los medios a un único hombre, Antonio Anglés, que se les escapó.

PM: Precisamente, con más razón, no descartes que en un futuro puedan cogerlos.

GQ: Ramón Campos, productor y creador de Bambú, ha dicho en algunas entrevistas que siguieron todas las pistas posibles para dar con Anglés, pero que no encontraron nada.

PM: Cuando mueran, un día aparecerá algún cadaver, y mediante huellas digitales y a través de la información de Interpol saldrá todo a relucir.

GQ: ¿Nunca has vuelto a hablar con Fernando García o Luisa Gómez?

PM: No. No los reconocería si les viera, tampoco.

GQ: ¿Por qué nunca has hablado durante estos años del caso?

PM: En 2013, a través de mi amiga (la misma productora de Antena 3 que le contactó durante los 90), me llevaron a Espejo Público. Hice una conexión desde Alcàsser porque ‘nadie de nadie’ quería hablar. Y me dijeron, Patricia, por favor, ayúdanos. Entonces dije lo de que si prescribía el delito, porque se hablaba de ello, Anglés iba a aparecer y a vender los derechos de su vida. Que se iba a forrar y a comprarse un chalé en La Moraleja… sin pensar que luego Pablo Iglesias…

GQ: ¿Cómo te sientes ahora que se vuelve a hablar del tema y que has participado en el documental? ¿Cómo te sientes al pensar en tu relación con aquellos días?

PM: En el documental se verá lo que me dediqué a hacer. No buscaba florituras como periodista en el asunto. Lo único que he hecho ha sido contar dónde estábamos. Si estábamos aquí este día a esta ahora, si fuimos a este sitio o al otro.

Patricia Murray utiliza desde hace décadas un tipo de agenda de anillas. Cada año compra el recambio, pero guarda todas ellas en casa. Como nos muestra y se ve en el documental, la información de las agendas de los años 1992 y 1993 es crucial para comprender todo lo sucedido en torno al suceso y las familias en aquellos angustiosos días. Especialmente llenas de detalles se pueden ver las hojas de los días 27, 28, 29 y 30 de enero de 1993, donde se aglutinan nombres de contactos, lugares, teléfonos, llamadas, horarios, visitas y planes de los que fue partícipe. A día de hoy, es una periodista en semi retirada. Vendió sus webs de información sobre Valencia en inglés el pasado año. Dice que espera finiquitar su tesis, que no escribirá un libro sobre Alcàsser. En la ciudad es bastante conocida en el ámbito periodístico local por su comparecencia en ruedas de prensa y eventos relacionados, sobre todo, con el mundo del turismo y la gastronomía.

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